¿Qué son las barreras de accesibilidad y cómo combatirlas?
Alcanzar un producto en una tienda, coger un tren, ir a trabajar, subir a un piso sin ascensor, entrar a un restaurante o cruzar un semáforo. Estas son algunas de las dificultades que afrontan diariamente muchas personas con diversidad funcional debido a las barreras de accesibilidad.
La existencia de este tipo de impedimentos hace que estas actividades cotidianas, a priori sencillas, se conviertan en imposibles o muy arriesgadas para este colectivo.
¿Te imaginas no poder salir de casa por la falta de accesibilidad de tu inmueble o del entorno?
Esto es lo que le pasa a más de 100.000 personas en España que no cuentan con ninguna ayuda para salir de su domicilio, y a 1,8 millones de ciudadanos que dependen de ayuda de terceros (amigos o familiares) para hacerlo.
Así se desprende del estudio ‘Movilidad reducida y accesibilidad en el edificio’ (2019) elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios en colaboración con la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica. Su objetivo era conocer la situación en la que viven los 2,5 millones de personas con movilidad reducida en España.
⚠️ Alerta spoiler… el informe concluye que las escaleras y el acceso al portal son los espacios de las comunidades vecinales donde más problemas de accesibilidad tiene este colectivo ⚠️ |
Tipos de barreras de accesibilidad
Ahora que ya hemos entrado en materia toca exponer los siete tipos de barreras más comunes que pueden afectar el desempeño de la vida personal y profesional de las personas con algún tipo de discapacidad.
Barreras de actitud
Estos obstáculos tienen una relación directa con lo que se piensa, se siente y cómo se actúa frente a la discapacidad y, a menudo, impiden la realización de las personas con diversidad funcional. Entre estos aspectos sociales encontramos los prejuicios, discriminaciones y actitudes poco favorables para la inclusión y la igualdad entre todo tipo de personas.
Barreras de comunicación
Son las que experimentan las personas que tienen dificultades a la hora de oír, hablar, leer, escribir o entender. Estas barreras afectan sus capacidades para entender o comprender lo que tratan de comunicar los demás, para expresarse o para integrarse en un contexto comunicativo.
Barreras físicas
Los impedimentos estructurales son los más visibles y conocidos, ya que afectan al acceso o desplazamiento de una persona a un área o entorno determinado.
Solo hay que darse un paseo por nuestra zona para chocarnos con barreras urbanísticas en calles y espacios públicos, barreras arquitectónicas en el acceso o el interior de edificios o barreras a la movilidad a la hora de movernos y coger las diferentes formas de transporte.
Barreras políticas
La elaboración de las políticas y leyes no siempre toma en cuenta las necesidades de las personas con diversidad funcional. En otras ocasiones, la burocracia y falta de concienciación en hacer cumplir las leyes existentes provoca que las personas con alguna discapacidad no puedan participar en los programas y actividades de acceso universal.
Barreras programáticas
Se refieren a la falta de un programa de salud pública eficaz para este tipo de pacientes con médicos que tienen un tiempo limitado para visitar, hacerte pruebas y con horarios poco flexibles.
Barreras sociales
Estos obstáculos afectan en muchos ámbitos de la vida desde el nacimiento: estudiar, encontrar trabajo, tener pareja, salir con los amigos y llevar una vida como el resto de personas. En este caso el problema es que se les trata como ciudadanos de segunda, la mayor parte de las veces por el desconocimiento sobre su discapacidad.
Barreras de transporte
La falta de transporte público adecuado, las malas infraestructuras y las nulas adaptaciones en accesibilidad influyen en la falta de independencia de las personas con movilidad reducida. Esto hace que se sienten discriminados a la hora de, por ejemplo, coger un autobús o un tren.
¿Cómo combatir las barreras de accesibilidad?
El primer paso para superar estos obstáculos y que todas las personas puedan desarrollar todo su potencial es centrarse en sus capacidades.
El reto consiste en ir más allá de las deficiencias, barreras, limitaciones y restricciones que les ha tocado vivir.
La llave es trabajar la capacidad, y olvidarse de la discapacidad, asumiendo riesgos, haciendo adaptaciones en busca de soluciones para su desarrollo integral.
Bueno, esto es un trabajo interno y personal de cada uno y que necesita su tiempo.
Veamos si hay algunas otras opciones que nos permitan mejorar nuestras capacidades de accesibilidad de un día para el otro.
«La tecnología es y será clave para superar las barreras físicas»
Así lo expresa el programador ciego Jonathan Chacón en esta entrevista en la que estima que el 80% de las barreras físicas y sensoriales que afrontan los colectivos con necesidades especiales, ya están superadas gracias al uso de la tecnología.
Hablando de tecnología y accesibilidad, ¿te acuerdas que al principio del post hicimos un spoiler?
Estos son los dos grandes ejes que mueven el telefonillo inteligente Qvadis® One con el que podrás acceder con total comodidad y seguridad al portal de tu casa solo con tu móvil o tablet.
Además, te permitirá abrir a las visitas o recibir tus paquetes con un click, y desplazarte tranquilamente a la puerta.
¿Sabes otra cosa? Nuestro telefonillo está incluido en el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, dentro del Programa de mejora de la accesibilidad en viviendas.
Invierte en tecnología y olvídate de las barreras de accesibilidad en tu domicilio.