¿Quién le iba a decir a Fernando Maestre, inventor del primer telefonillo electrónico “FonoPorta”, que casi cincuenta años después ese interfono evolucionaría a un videoportero inalámbrico que hasta permite abrir el portal desde los teléfonos móviles?
La sociedad ha cambiado mucho durante este tiempo, y con ello sus necesidades, a las que podemos responder gracias a los avances tecnológicos.
En 1963 bastaba con comunicarse con las habitaciones, luego con dar acceso a las viviendas (años 70) hasta la revolución del videoportero en blanco y negro (1980) que incorporaba una cámara en la calle para ver quién llamaba a la puerta.
La irrupción del teléfono móvil, y hacerlos inteligentes, ha llevado a los telefonillos a evolucionar con terminales más modernos, sofisticados y prácticos que integren el acceso a la vivienda junto a otras soluciones tecnológicas y domóticas de los hogares (alarma, aire acondicionado, luces, persianas, calefacción).
Además, ya podemos replicar los terminales en nuestros dispositivos a través de las apps y gestionar los elementos a distancia, desde abrir la puerta a encender una cámara y ver qué ocurre en esa estancia. ¿Qué más les podemos pedir a los telefonillos?
Estos son los tres ejes principales en los que se vertebran todas las empresas tecnológicas que diseñamos los telefonillos de hoy y soñamos en los del futuro:
Lejos quedan ya los vídeoporteros analógicos que dieron el relevo a los digitales, cuyo sistema se está viendo “modernizado” por una tecnología sin cables y Wifi en los últimos años.
Por eso, es habitual que estos telefonillos se conozcan también como de última generación o Wifi.
Como decíamos en la introducción, cada vez son más los usuarios que buscan algo más que ver quién llama y abrir desde su interfono.
Uno de esos “plus” puede ser el hecho de controlar el acceso desde el móvil, y poder llevar un registro de quién sale y entra. Ese factor de seguridad hace que estos dispositivos tengan cada vez más éxito entre las urbanizaciones, comunidades de vecinos y oficinas.
Si nos fijamos más detalladamente en las características que podemos encontrar en algunos de sus modelos destacan:
A ver, obligación ninguna, evidentemente, pero sí que tienen una serie de ventajas respecto a los porteros clásicos.
El hecho de ser una tecnología sin cables la hace muy atractiva por su eficiencia, su fácil instalación y porque revaloriza el precio de tu vivienda hasta en un 25%. No está mal, ¿verdad?
Seguro que te preocupa su mantenimiento. Ningún problema, los porteros smart de última generación llevan un proceso sencillo y poco costoso.
Si tienes dudas sobre qué modelo elegir te recomendamos que revises el post que publicamos con 6 consejos para comprar un buen portero automático inalámbrico.
A día de hoy Qvadis® no es compatible todavía con los videoporteros, pero recientemente hemos lanzado el Qvadis® DS Adapter, una pequeña placa que se adapta a la parte trasera de nuestro dispositivo para hacerlo compatible con algunos sistemas de portero automático digitales, como la gama Fermax VDS, Tegui Bus o algunos modelos de Alcad digitales.
Próximamente tenemos previsto ir ampliando la familia de modelos y marcas que puedan funcionar con este adaptador.
Además, estamos trabajando para poder sacar a lo largo de este año un nuevo modelo de Qvadis® que incluya vídeo. ¡Estad atentos a nuestra web para conocer las últimas novedades!
¿Qué puedes hacer con tu Qvadis® One?
Podrás usarlo como videoportero inalámbrico, sistema de videovigilancia de tu vivienda u oficina frente a los robos y seguimiento de las personas mayores o dependientes que vivan solas conectando cámaras IP al dispositivo.
De esta manera, a través de la app podrás ver las imágenes en tu móvil desde cualquier lugar. Una alternativa más económica, sencilla y tecnológicamente avanzada que las cámaras CCTV tradicionales.
Precisamente publicamos hace unos meses un post con indicaciones para conectar una cámara IP al Qvadis® One.
¿Qué vendrá después de los videoporteros inalámbricos? No tenemos ni idea, aunque tampoco os lo diríamos si lo supiéramos, pero seguro que algún sistema que haga la vida más fácil, accesible y cómoda para todos, sin distinciones de edades ni discapacidades.